EDH-Zonas libres en Honduras para generar nuevo empleo

Posted on 2012/01/05

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Quienes estén moviendo la estrategia hondureña comprenden un hecho fundamental: que la pobreza no se elimina regalando dinero o repartiendo zapatos, sino propiciando la generación de empleo

05 de Enero de 2012

Formar zonas de desarrollo en Honduras reproduce lo que en ocasiones se ha propuesto para los centros urbanos deprimidos de Estados Unidos: liberar esos lugares de regulaciones, exigencias, controles e inclusive de impuestos no federales, para propiciar la creación de empleo.

En momentos en que la desocupación alcanza niveles espantables entre los jóvenes –-en varios países el desempleo de menores de treinta años es el doble del de los adultos— liberar ciudades y zonas de incontables controles que se han ido acumulando con los años, es la única iniciativa que ofrece esperanza. Y esto lo puede ver y se intuye cuando se visitan los centros de ciudades como San Luis, Missouri, o la periferia de Nueva York o Nueva Jersey con sus anillos de fábricas en abandono y una población de color que vive de subsidios oficiales y que, además, no tiene incentivos para salir de su letargo.

Las regulaciones se imponen para, en teoría, otorgarle beneficios al trabajador: salarios y prestaciones mínimas, servicios asistenciales sin costo, viviendas, etcétera.

En países como Francia y España hay además otra imposición: que una vez contratado un empleado, es muy costoso o casi imposible despedirlo. Eso, a su vez, encarece la contratación nueva, pues para las empresas es peor que los matrimonios sin posibilidad de divorcio.

La contrapartida de las exigencias es que un joven que quiera empleo tiene que producirle, a quien lo contrate, la suficiente ganancia para costear todos esos beneficios: las prestaciones se transforman en barreras difíciles de pasar por encima de ellas.

Esto, es evidente, buscan las zonas especiales en Honduras: abaratar y facilitar la creación de centros productivos, para así alcanzar el efecto deseado, que se genere empleo. Es lo que no entendieron los ex titulares de trabajo al obstinarse en sostener jornadas rígidas de labor.

Honduras no está sola, pues también los irlandeses, entre otros, han bajado impuestos y eliminado regulaciones para superar la crisis económica en que cayeron. Los hondureños aplican aritmética elemental para justificar su estrategia: si el costo de crear una empresa es más bajo y las reglas son claras, los inversionistas que antes metían su dinero en el ahora "Absurdistán", lo harán en Honduras.

Qué tristeza: aquel país vigoroso

se está marchitando

No es suficiente, desde luego, "poner el huevo sino que además hay que cacarear para que el mundo lo sepa". De eso se encargan oficinas y funcionarios, lo que dejó de hacerse aquí al salir de Proexport Ana Vilma de Escobar.

Quienes estén moviendo la estrategia hondureña comprenden un hecho fundamental: que la pobreza no se elimina regalando dinero o repartiendo zapatos, sino propiciando la generación de empleo. No hay que regalar pescado sino enseñar a pescar, ni menos hacer lo que es peor todavía, robar pescado a los buenos pescadores, lo que al final resulta en que todos se queden sin comer.

Los vecinos de Honduras tendrán, al menos, el gusto de ver cómo en Centro-América se pueden idear políticas positivas, amén de que algo de la venidera prosperidad hondureña se aprovechará gracias a los intercambios.

Así son las cosas: antes El Salvador estaba a la cabeza de la región como lugar para invertir e innovar, pero los brujos le hicieron maleficios, ha enfermado y aquel organismo vigoroso se está marchitando rápidamente.

elsalvador.com, Zonas libres en Honduras para generar nuevo empleo

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